Enero, debido a su tranquilidad y
baja actividad se presta para reflexionar y planificar los objetivos
profesionales y de vida. Aquellas cosas que pedimos mientras tragamos apurados
las 12 uvas el 31 de diciembre no son objetivos, sino deseos. Y como todos
sabemos los deseos no empreñan, sin embargo, esos deseos son un buen insumo
para convertirlos en objetivos concretos
y alcanzables, para ello indicamos cuatro pasos para una buena planificación:
1. Defina sus objetivos:
Identifique
todos los objetivos por escrito. Para cada objetivo indique: específicamente qué
quiere lograr, resúmalo en una frase positiva, comenzando con un verbo de acción y en tiempo presente, y
por último, fije una fecha realista para
la cual desea verse alcanzando el objetivo.
Luego de
redactarlos compruebe que:
- El objetivo dependa principalmente de usted.
- Sea realista.
- Disponga o pueda procurarse los recursos necesarios: con quien, cuanto necesita, donde y cuales herramientas y habilidades, etc.
- ¿A qué tendría que renunciar para poder alcanzar el objetivo?
- Qué ganaría al lograrlo?
2. Divida los objetivos en metas y éstas
en tareas.
Una vez
definido y comprobado cada objetivo, divídalo máximo en 7 metas o tareas principales que lo lleven a su logro. Éstas marcan el camino para el éxito.
Trace un
plan de acción tentativo considerando el tiempo fijado para el logro Rectifique
si es necesario.
3. Fije
prioridades.
- Una vez definidos los objetivos con su lista de metas o tareas, verá un trabajon gigantesco por delante, así que antes de desmotivarse, establezca prioridades, cuales son los objetivos más importantes, más factibles, o más urgentes.
- Distribuya durante el año, o durante los tres primero meses los objetivos más importantes para usted y concéntrese en las prioridades establecidas.
- Por otra parte, coloque los objetivos menos prioritarios para iniciar en otros meses del año. A veces hay que descartar ciertos objetivos para favorecer los prioritarios, o descartar aquellos que queremos hacer para complacer a otros.
4. Administre las tareas a lo largo del
tiempo.
Este es el paso más importante porque consiste en llevar
a cabo el plan de acción, y mantenerlo en el tiempo hasta el logro del
objetivo, implica:
- Agendar las actividades POR ESCRITO vía agenda de papel, electrónica, teléfono o cualquier herramienta disponible. (uno de los talones de Aquiles gerenciales).
- Hacer seguimiento de los objetivos, revisando el plan trazado y reorientando las tareas y acciones. (segundo talón de Aquiles gerencial).
- Evaluar el cumplimiento de metas con una frecuencia definida previamente, semanal, mensual o trimestral, esto nos permite reenfocarnos, motivarnos y perseverar en nuestros objetivos. (Tercer talón de Aquiles gerencial)